Ser Religiosa MSC Hoy
¿Cómo se forma una MSC?
Después de haber realizado un proceso vocacional, por medio de encuentros mensuales y experiencia de misión en donde has descubierto que tu tesoro es Cristo y quieres seguirlo desde la Vida Consagrada y decides unirte a las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, se inicia el proceso de formación personalizado, que se realiza en diferentes etapas las cuales son:
- Aspirantado: Se vive externamente y es un tiempo de búsqueda, visitas, diálogos, interés de la joven por conocer cómo vivimos las Misioneras del Sagrado Corazón y qué es la Vida Consagrada Misionera.
. - Postulantado: Se vive internamente y es un tiempo de conocimiento mutuo entre la aspirante y la Congregación. Se ofrece la oportunidad de desarrollar más la vida cristiana y conocer los apostolados de la Congregación; de igual manera las hermanas de tu comunidad se interesan por tu experiencia y te ayudan para descubrir tu vocación.
. - Noviciado: Es un tiempo más prolongado y de mayor profundidad en el que te inicias en el conocimiento de la Vida Consagrada, viviendo en comunidad, orando y creciendo más en la relación con Dios, haciendo tuyos el Carisma y la Espiritualidad de las Misioneras del Sagrado Corazón. El noviciado es fundamental para discernir tu vocación. El tiempo de duración de esta etapa es dos años.
. - Juniorado: Si decides continuar y si eres aceptada, solicitas tu admisión al Juniorado y por medio de una ceremonia pronuncias los votos de Obediencia, Castidad Consagrada y Pobreza según las Constituciones de la Congregación. Este tiempo sirve de preparación para la profesión perpetua. La formación durante este periodo pone especial atención en la integración de la contemplación (noviciado) y de la vida apostólica. Puede también ofrecer oportunidades para la capacitación profesional. Es una etapa que dura seis años o más y profundizarás en el conocimiento de Jesús y comenzarás algunos servicios concretos en nuestra misión.
Bodas de oro - Hna. María Van der Linde
Hna. Monika Grunwald)
Testamento del P. Humberto Linckens